Una compañía, una entidad, un gremio, un líder de opinión, un VOCERO tiene la oportunidad de establecer solo dos clases de comunicación con sus grupos de interés: reactiva o proactiva, puede permanecer creando constantemente valor para su entidad, o puede mantenerse indefinidamente en una crisis de comunicación, a la defensiva y destruyendo paulatinamente su reputación.
¿Cómo se evita la comunicación reactiva? Apertrechándose para la guerra. Adelantándose a la tormenta. Adquiriendo y desarrollando las habilidades para responder con un mensaje adaptado a cada coyuntura, sin desconectarse de la estrategia general de la compañía. ¡Es el mensaje!